Cuando el virus bajó el telón
Menchu Peña promueve espectáculos teatrales para toda la familia.
En marzo de 2020 se bajó el telón de todos los teatros del mundo. El coronavirus silenció la cultura durante meses y, durante muchos más, ha mantenido (y mantiene) a parte del público alejado de los espectáculos por el miedo que persiste al contagio. El auditorio de Mutua Madrileña, donde la Fundación Mutua Madrileña organiza periódicamente desde 2009 ciclos de conciertos clásicos y familiares para sus mutualistas, no fue ajeno a la pandemia. Es ahora, a finales de 2022, cuando reabre sus puertas y retoma sus actividades.
“Soy de las que piensa que la cultura puede mejorar la condición humana”.
Menchu Peña creó la empresa Menchosa Teatro-Música-Danza hace 25 años y representa a alguno de los artistas que protagonizan los espectáculos musicales para toda la familia que ofrece la Fundación Mutua Madrileña. Vinculada desde hace doce años a estos ciclos, ha vivido y sufrido en primera persona lo que supusieron las restricciones del coronavirus para la cultura: “Fue algo inesperado que nos pasó a todos, pero cómo nos afectó a nosotros fue tremendo. Teníamos cerrada una planificación a un año vista mínimo y de repente se fue cayendo todo…ya en febrero, principios de marzo de 2020, el mayor temor era coger el teléfono o leer un email. Nunca pensamos en que se iba a suspender todo tipo de actividad social, que nos iban a recluir en nuestras casas…y que iba a durar tanto”.
Recuerda Menchu lo vivido en esos meses inciertos de 2020: “La noticia del cierre indefinido de cualquier lugar que concentrara personas fue un tsunami que nos pasó por encima. Cada uno nos agarramos a una rama, a un árbol…”.
En el caso de Menchu, la tabla salvación fueron los colegios (también cerrados en aquellos meses). Por su especialización profesional, tenía mucha vinculación con centros educativos y profesores, y durante la pandemia se dedicó a ofrecer online espectáculos a los colegios. “Nos planteamos cómo podíamos trabajar online con nuestros artistas. Cediendo los derechos para una reproducción limitada y muy controlada. Es algo que hice por salud mental porque material era cero. Tú no haces actuaciones, no cobras. Y así se lo tienes que trasladar a los artistas, porque todos iban en el mismo paquete”.
La carrera profesional de Menchu está centrada en los espectáculos musicales para la infancia y la juventud. El saxofonista Jose Luis Gutiérrez y Diverlírica son los artistas que trae periódicamente a la Fundación Mutua Madrileña. También estuvo detrás en su día de los conciertos que el violinista Ara Malikian ofreció a los hijos de mutualistas.
Inicios como actriz
Fue, sin duda, el mayor revés de una trayectoria que comenzó a finales de los 70, principios de los 80. España estaba en plena transición democrática y, culturalmente, había mucho que se podía hacer. “Es lo rico que me tocó vivir. Estaba todo por hacerse, a nivel cultural había poca cosa”. Primero fue como actriz, “en un taller de teatro de Leganés fue donde se me abrió la curiosidad por el teatro”. Después vino a Madrid, donde realmente se formó profesionalmente como actriz, en la escuela de teatro “Tántara”, que era muy reconocida en aquella época. Sus maestros: Martín Adjemián, Judith Wainer y Jesús Aladren. Trabajó durante algún tiempo como actriz, en teatro y TVE, pero llegado un momento se dio cuenta de que por su personalidad su sitio estaba detrás de las tablas.
“Soy de las que piensa que la cultura puede mejorar la condición humana”, así que no tuvo duda desde aquel taller de teatro que quería dedicarse a esto. “El teatro me llamó la atención porque era colectivo, era grupo y era creativo. Era la concentración de todas las artes en una”.
Fue como se apuntó a la primera promoción de los cursos de tecnología y gestión teatral con los que nacía el Centro de Tecnología y Espectáculo (CTE), actualmente perteneciente al INAEM (Ministerio de Cultura). Tres años de formación que hasta entonces no existían en España, en concreto en la especialización de gestión y producción.
De ahí saltó al teatro Infanta Isabel como gerente y allí fue la artífice de una iniciativa que consiguió crear colas de gente joven para acudir a la función con títulos como “Historias de la Puta Mili” o “Makinavaja”. “Se diseñó para atraer a la gente joven y logramos colas que daban la vuelta al teatro. Fue allí donde nació mi visión de acercamiento de las artes escénicas a la infancia y la juventud que es donde me he desarrollado y quedado”.
Con esta visión es donde surge el acercamiento al saxofonista José Luis Gutiérrez. “Me contó lo que hacía y me invitó a ver uno de sus conciertos. Me llamó la atención y empezamos a trabajar juntos para modificar conceptos e ideas e ir creando los espectáculos didácticos que le han llevado a recorrer España año tras año y al auditorio de la Fundación Mutua porque era muy innovador en ese momento”.
Ahora retoman los conciertos con toda la ilusión del mundo e “intentando renovar la confianza del ciudadano” para que vuelva al teatro. Aunque sea un sector vinculado al ocio, Menchu defiende su visión de que la cultura “es un alimento para nuestro espíritu” y que “es muy importante que fundaciones como la Mutua Madrileña apuesten por la cultura y que lo haga con programas de calidad”, defiende.
Ahora el teatro de la Fundación Mutua Madrileña vuelve a levantar su telón. “Poco a poco recuperaremos el público. Lo peor ya pasó”.