Un test inesperado para prevenir el suicidio

Un test inesperado para prevenir el suicidio

El doctor Ignacio Ricci lidera, gracias a una ayuda de la Fundación Mutua, un estudio para detectar los problemas de salud mental en estudiantes.

Un test inesperado para prevenir el suicidio

El doctor Ignacio Ricci lidera, gracias a una ayuda de la Fundación Mutua, un estudio para detectar los problemas de salud mental en estudiantes.

Que un epidemiólogo, no un psiquiatra o un psicólogo, sino un epidemiólogo advierta de que “la salud mental es una prioridad ahora a nivel nacional”, da que pensar, porque en España, como señalan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), “ahora tenemos las mayores tasas de suicidio de la historia”. Las tasas son crecientes y abarcan todo el abanico de edades, aunque es especialmente preocupante entre los adolescentes y en varones. Y alerta: "No para de crecer la preocupación…en términos estadísticos”.

Pese a acumular ya quince años de trabajos en salud mental (también en diabetes y otros campos) el doctor Ignacio Ricci señala: “Yo soy epidemiólogo, no soy ni psiquiatra ni psicólogo, no soy un profesional de la salud mental. Me dedico a diseñar estudios para evaluar posibles herramientas que puedan ayudar a mejorar la salud de la población”, añade.

El doctor Ricci es el artífice de un proyecto a tres años para prevenir el suicidio entre adolescentes que ha conseguido el apoyo de la Fundación Mutua Madrileña en la XXI Convocatoria de Ayudas a la Investigación en Salud. Durante el primer año, el equipo trabajará en desarrollar la intervención y sus diferentes componentes. Durante el segundo año, “llevaremos a cabo un estudio piloto de la intervención en una muestra pequeña de centros educativos”. Finalmente, durante el tercer año (que se corresponderá con el curso escolar 2026/2027), se llevará a cabo el ensayo clínico en el que “se evaluará la intervención a gran escala. Para ello se prevé la participación de 2.280 alumnos de 38 centros educativos de educación secundaria de las Islas Baleares”.

Miembro del Instituto de Investigación Sanitaria Islas Baleares (IdISBa), quiere enfrentarse a la prevención de este problema de una manera novedosa: “atacamos a los que creemos que son los agentes más importantes en este problema. Por un lado, los adolescentes; por otro, los padres y madres y, finalmente, los docentes de los centros educativos a los que acuden”.

Cómo lo harán

Se trata de un programa dirigido a los adolescentes, que llevan a cabo psicólogos que acuden a las aulas. “Cinco sesiones de una hora cada una con técnicas de role play; todo muy estructurado y protocolizado”, señala para avanzar otra técnica de intervención novedosa, denominada evaluación ecológica momentánea, consistente en evaluar el estado de salud mental de los alumnos a través de cuestionarios que pueden recibir a través del móvil en cualquier momento (inesperado por el alumno) con los que se puede monitorizar su salud mental y detectar en tiempo real si tienen problemas. En caso afirmativo, “los alumnos serán inmediatamente derivados a especialistas”.

"A los padres y adolescentes vamos a enseñarles a identificar y gestionar situaciones de riesgo para que sepan detectar comportamientos automáticos o tendencias suicidas"

A los “padres y docentes vamos a enseñarles a identificar y gestionar estas situaciones de riesgo cuando un hijo o alumno puede presentar comportamientos automáticos o de tendencias suicidas”.

Como es lógico, la participación en estos estudios siempre es voluntaria. “Es un tema un poco sensible y entendemos que pueda levantar susceptibilidades”, señala el director del proyecto. Al tratarse de menores de edad “es más complicado y es más delicado, necesitas el consentimiento de los padres”. Pero no serán los únicos consentimientos que van a necesitar para poner en marcha esta iniciativa. Como señala el doctor Ricci, "vamos a requerir varios consentimientos, primero de la Consejería de Educación”; de la que, recuerda, “ya tenemos el apoyo”. En segundo lugar, solicitarán el permiso de los institutos “y tendremos que registrar el consentimiento del director o directora del centro y luego, el de los padres para su propia participación”.

La segunda fase del proyecto consiste en evaluar, a través de un ensayo clínico en el que participarán 38 centros de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) de Baleares y un total de 1.280 alumnos de 4º ESO.

Por técnica científica de investigación, la mitad de esos 38 centros recibirá el Programa de Prevención del Suicidio y la otra mitad no. Así se podrá “comprobar si la intervención es efectiva o no”. Al finalizar el curso escolar los investigadores evaluarán “los efectos que ha tenido y los comparamos con el grupo de control; esperamos que ayude a reducir las tasas de suicidio”.

Intervenir en la adolescencia

Ricci subraya que “existe un problema a nivel epidemiológico de salud; un problema de salud mental que afecta a toda la población”. Puede también que ser padre de un preadolescente con once años de edad añada un punto de interés adicional para buscar soluciones a este problema que, al menos hasta ahora, ha sido un tabú social. “Tengo que confesar que he pensado en él bastantes veces cuando he preparado este proyecto”, asegura.

Un test inesperado para prevenir el suicidio

Ante el futuro se muestra optimista. Como profesional piensa que “el periodo de la adolescencia es un periodo óptimo para empezar a intervenir y empezar a abordar esta problemática en el ámbito escolar. Y como padre, al margen de qué centros escolares se presten a colaborar o cuáles sean seleccionados por el equipo de investigadores, piensa que “ojalá podamos desarrollar nuestro trabajo en su instituto porque cuando llegue el despliegue él tendrá 14 años”.

Los investigadores de este proyecto trabajan en el Instituto de Investigación Sanitaria Islas Baleares (IdISBa, acreditado por el Instituto de Salud Carlos III). Allí, el doctor Ricci recibió las convocatorias de investigación de la Fundación Mutua Madrileña. “Ya conocíamos estas ayudas de la Fundación Mutua desde hace años y, de hecho, ya pedimos ayudas para otro proyecto; pero esta es la primera vez que lo conseguimos. Los proyectos de la Fundación Mutua -añade- permiten hacer investigaciones serias porque puedes tener los recursos necesarios”. Y añade que “en este caso, además, la fundación había puesto en marcha una línea de investigación sobre la salud mental en jóvenes y adolescentes. Pensábamos en este proyecto desde hace tiempo y encajaba a la perfección”.

Para llevar adelante el proyecto, Ricci ha formado un equipo de ocho personas, con profesionales de la salud mental entre psiquiatras y psicólogos al que se añaden seis especialistas en “metodología y epidemiología, que nos encargamos de que el ensayo clínico sea riguroso y que los resultados sean válidos y sirvan para generar conocimiento”.

Un equipo que, además de solvencia técnica, aporta experiencia contrastada ya que durante la pandemia fue el primero en “evaluar y desarrollar un ensayo clínico y una herramienta dirigida a los profesionales sanitarios que estaban al frente de la pandemia para ayudarles a mantener su salud mental”. La herramienta fue, puesta “a disposición de todos los sanitarios" y utilizada por miles de personas en esa dura época.

El proyecto para prevenir el suicido entre los adolescentes cuenta con herramientas específicas para cada uno de los colectivos involucrados: familia, institutos y los propios adolescentes. Entre ellas, el programa YAM (Youth Aware of Mental Health) desarrollado por Suecia que ha dado muy buenos resultados en otros países y que en España, comunidades autónomas como Galicia, evalúan actualmente su implementación.

La Fundación Mutua Madrileña financia el 100% del proyecto al que en septiembre se incorpora un investigador post-doctoral (con una tesis sobre prevención del suicidio); además de la contratación de los especialistas suecos en YAM para que “instruyan a los especialistas que van a ir a los centros de secundaria".

El doctor Ricci subraya el interés del equipo que encabeza: que, tras esta investigación, el Programa de Prevención del Suicidio, pueda ser utilizado tanto en Baleares como en el resto de comunidades autónomas. “Hacemos innovación y hacemos transferencia. No nos quedamos con el proyecto. Más de la mitad del trabajo que hacemos es para que, luego, eso no se quede en el cajón, queremos que llegue en los pacientes. Nuestro interés es que esto salga de Baleares. Ojalá lo consigamos”. Ojalá.

Convocatoria de Ayudas a la Investigación en Salud

Convocatoria Anual de Ayudas a la investigación en salud

Dentro de su apoyo al ámbito de la salud, Fundación Mutua Madrileña desarrolla también una línea específica de apoyo a profesionales de la salud en proyectos en países en desarrollo. Gracias a estas becas, se apoya a profesionales de la medicina y la enfermería que van a desarrollar una labor asistencial voluntaria por un mínimo de 4 meses.