El doctor Aleix Prat recibió en 2018 una de las Ayudas a la Investigación en Salud de la Fundación Mutua Madrileña para llevar a cabo una investigación en cáncer de mama, su especialidad- Blog Vidas Cruzadas
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La próxima revolución en el cáncer de mama

El diagnóstico molecular será lo que nos llevará a curar más y mejor este cáncer.

¿Se puede detectar en sangre si un tumor de mama desarrollará metástasis en el futuro? Todo parece indicar que sí, si bien los resultados son recientes y, aunque prometedores, necesitan de un mayor desarrollo.

La persona que está probando está hipótesis es el doctor Aleix Prat, oncólogo y Director del Instituto del Cáncer y Enfermedades de la Sangre del Hospital Clínic de Barcelona-IDIBAPS. Prat, que durante su época de estudiante de Medicina pasó algún tiempo en el departamento de Hematooncología de la Clínica Mayo en Rochester (Minnesota), quedó seducido en Estados Unidos por la figura del médico-investigador, aquel que veía pacientes, pero también se llevaba preguntas de la consulta para testar luego en el laboratorio y seguir avanzando en su asistencia a los enfermos. Una figura, la del médico-investigador americano, que a punto estuvo de perderle para el sistema español, pero que, finalmente, pudo desarrollar en su carrera en Barcelona gracias a encontrarse con mentores como los doctores Baselga y Tabernero, con los que coincidió en distintos momentos de su trayectoria y con una forma de entender la medicina y la investigación más cercana a la estadounidense.

“Ante un cáncer de mama localizado, lo habitual es extirparlo con cirugía, tratarlo con radioterapia y dar tratamientos complementarios, como la quimioterapia o la hormonoterapia, para evitar que reaparezca en forma de metástasis. Es aquí donde entramos en un escenario de incertidumbre: seguimos durante 10 años a las pacientes esperando a que el cáncer reaparezca o no lo haga”.

El doctor Aleix Prat recibió en 2018 una de las Ayudas a la Investigación en Salud de la Fundación Mutua Madrileña para llevar a cabo una investigación en cáncer de mama, su especialidad. Quería probar si la presencia de ADN tumoral en muestras de sangre de pacientes tratadas y libres de enfermedad de un cáncer de mama (en el estudio las pacientes tenían el tipo de cáncer de mama hormonodependiente) era un indicador precoz de la aparición de enfermedad metastásica años más tarde. “Ante un cáncer de mama localizado, lo habitual es extirparlo con cirugía, tratarlo con radioterapia y dar tratamientos complementarios, como la quimioterapia o la hormonoterapia, para evitar que reaparezca en forma de metástasis. Es aquí donde entramos en un escenario de incertidumbre: seguimos durante 10 años a las pacientes esperando a que el cáncer reaparezca o no lo haga”, explica el doctor.

“En los últimos años, -matiza-, este escenario de incertidumbre ha mejorado y contamos con algún instrumento, como los tests genéticos que se hacen a la biopsia del tumor y que permiten predecir un mayor o menor riesgo de recaída, aunque al final no dejan de ser estimaciones, que nos orientan, pero no nos hablan de forma específica de cada paciente”.

El doctor Aleix Prat recibió en 2018 una de las Ayudas a la Investigación en Salud de la Fundación Mutua Madrileña para llevar a cabo una investigación en cáncer de mama, su especialidad- Blog Vidas Cruzadas

Biopsia líquida en prevención

El estudio financiado por la Fundación Mutua fue un paso más allá y buscó el posible valor de la biopsia líquida como herramienta diagnóstica individualizada para predecir metástasis: “¿Nos permite esta técnica ultrasensible encontrar trazas de ADN del tumor cuando aún no se ve nada en imagen? ¿Es una herramienta válida para seguir a las pacientes?”, era la cuestión que se planteaba el equipo de Prat.

La biopsia líquida se utiliza actualmente en pacientes con metástasis para seleccionar el mejor tratamiento en función de las mutaciones que se determinan en cada paciente, “pero en este estudio la llevábamos a un contexto de prevención, para determinar en qué casos podíamos estar tranquilos y en cuáles teníamos que actuar antes de que la enfermedad volviera a ser detectable por técnicas de imagen”, señala el doctor Prat.

La investigación apoyada por la Fundación Mutua sirvió como estudio piloto con 20 pacientes de los hospitales Clínic y Vall d’Hebron con unos resultados bastante prometedores: “A ninguna de las 18 pacientes a las que no les ha vuelto el cáncer le detectamos en sangre ADN del tumor. De las dos pacientes a las que sí les volvió, solo en una de ellas detectamos ADN en el plasma. Es decir, no es el 100% pero estamos satisfechos con el resultado y nos anima a seguir indagando”.

Aunque la implementación de la técnica, hoy en día, todavía es laboriosa, Prat confía en que esto irá simplificándose y, aun así, plantea los siguientes pasos que tienen por delante antes de poder emplearla de forma rutinaria: incrementar la muestra de pacientes, determinar cuánto tiempo pasa entre que detectas el ADN en sangre y aparecen las metástasis o si se puede hacer algo distinto para evitar que aparezcan. Son muchas preguntas que se tendrán que seguir respondiendo con investigación hasta que esta técnica llegue a aplicarse de forma genérica a las pacientes, como lo hacen otras. “Hay trabajo, pero llegaremos a ello”, confía.

Día Mundial contra el cáncer de mama

Coincidiendo con el Día Mundial del Cáncer de Mama, resultados prometedores como el del estudio del doctor Prat suman esperanza para las pacientes. Concretamente, el de mama es un tumor donde ha habido bastantes avances farmacológicos en los últimos años, pero donde todavía se puede hacer mucho en el plano diagnóstico: “La innovación terapéutica está muy avanzada en mama, pero donde tiene que haber un clic es en la parte diagnóstica, en el desarrollo y aplicación de tests genéticos moleculares. El verdadero cambio vendrá con el diagnóstico molecular”, explica el doctor Prat.

Explica que “aunque los nuevos fármacos aportan valor, no los estaremos utilizando de manera eficiente mientras sigamos utilizando los mismos marcadores de siempre para clasificar los tumores, cuando la realidad es que conocemos muchísimo más de la biología del cáncer de mama”.

“Queremos curar más, pero es igual de válido curar mejor y que la paciente no deje de trabajar, no tenga que ingresar en un hospital… pero para eso necesitamos instrumentos para decidir a quién no le das la quimio”, explica.

Para llegar a esta ansiada era del diagnóstico molecular hace falta inversión y esa inversión debería venir de los pagadores, de los gobiernos, que son los que, al final del día, optimizarían recursos y no darían los fármacos, tan costosos por innovadores, de forma indiscriminada. “Invertir ahora en el desarrollo y aprobación de tests ahorraría mucho dinero en 10 años”. Ojalá lleguemos antes a la nueva era del diagnóstico molecular.