"Detective" en un mundo de médicos
Paloma Talayero es bióloga especializada en la inmunología del trasplante del intestino.
El biólogo sanitario es un gran desconocido entre las profesiones sanitarias. Ni médico, ni enfermero, ni farmacéutico… pero mucho más que el que está en un laboratorio de hospital cogiendo tubos y metiéndolos en un aparato para analizarlos. Paloma Talayero, bióloga sanitaria del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, es el vivo ejemplo de hasta dónde puede llegar el papel de estos profesionales en la investigación en salud.
Ella es una de las mayores investigadoras de la inmunología del trasplante de intestino en España y, dado lo minoritario de su especialidad, prácticamente del mundo: “Muchas veces me he sentido muy sola. El mundo del trasplante intestinal es solitario. Somos pocos centros, pocos especialistas dedicados a ello…es un trasplante complicado y eso hace que tenga menos tirón que otros”, explica.
El ser la única en su campo le ha hecho buscar apoyo, colaboración y sinergias con otros profesionales del trasplante de intestino de España, como es el grupo del Hospital Universitario La Paz que actualmente desarrolla un estudio en este campo gracias a una ayuda a la investigación en Salud de la Fundación Mutua Madrileña. En España, solo el Hospital La Paz en niños y el 12 de Octubre en adultos están desarrollando en la actualidad el trasplante de intestino. “La gente de laboratorio tenemos ese perfil mixto entre lo asistencial y lo investigador, pero muchas veces es difícil encontrar en la clínica personas que compartan ese perfil y se impliquen contigo”.
Paloma colabora con ellos desde su puesto como facultativo en el Servicio de Inmunología del 12 de Octubre, que es el laboratorio de referencia de trasplante para varios hospitales madrileños, entre ellos La Paz. “Como bióloga tienes una formación y un punto de vista que puede ayudar mucho en un equipo multidisciplinar de cirujanos, gastroenterólogos, etc.”, cuenta Paloma.
“No me bastaba con diagnosticar una enfermedad y tratarla, sino saber qué es lo que hay detrás. Ir un paso más".
Aunque su aportación puede parecer “cositas pequeñas que aparentemente no impactan”, en el fondo sí lo hacen. Definir qué tiene alterado un paciente y confeccionar una terapia a medida, buscar biomarcadores que predigan la evolución, si un tratamiento va a funcionar, si va a haber rechazo…todo este trabajo de “detective” es una aportación que Paloma puede hacer, pero para ello necesita las muestras de pacientes y los problemas que le plantean los médicos.
Vocación por dar respuestas
Antes de llegar a la universidad, Paloma siempre tuvo claro que le gustaba el mundo sanitario, pero en su cabeza había más preguntas de las que podía resolver la Medicina. “No me bastaba con diagnosticar una enfermedad y tratarla, sino saber qué es lo que hay detrás. Ir un paso más. ¿Por qué pasan las cosas? ¿Qué se desregula? Incluso para saber cómo solucionar eso”, explica. Y tras licenciarse en Biología optó por hacer una residencia hospitalaria en su especialidad y, dentro de ello, por la especialidad que combinara mejor la clínica y la investigación: la inmunología. “Era la que menos salidas profesionales tiene, pero me dejé llevar por la intuición”.
Y no le ha ido mal. Estudiar el trasplante de intestino es algo que le planteó su jefa, la doctora Estela Paz, y que plasmó en su tesis y que ahora le ha ido llevando a ser una de las máximas expertas mundiales sin necesidad de moverse de España.
“Para mí trabajar con la gente de la Paz, el equipo del doctor Francisco Hernández Oliveros, ha sido muy importante para avanzar. En el trato humano, tanto ellos como yo somos personas cercanas, sencillas y apasionadas y gracias a trabajar con ellos empecé a colaborar también con el grupo de Buenos Aires-La Plata”, comenta explicando cómo una cosa le ha ido llevando a la siguiente.
Paloma describe cómo su trabajo es el hilo que permite conectar o dar respuesta a dudas que surgen a los médicos en el día a día de su trato con los pacientes. “Permite resolver los problemas que afectan a la clínica y a la vez, conocer esa parte experimental en la que el grupo de La Paz es puntero, me ha supuesto un salto cualitativo grande en mi trabajo”.
Paloma defiende que su trabajo de bióloga sanitaria, que aúna la investigación como la asistencia y lo tiene claro: “Sumando mi perspectiva también se puede ayudar al paciente”. Y para sobrevivir como investigadora, sin necesidad de tener que marcharse al extranjero, tiene clara la receta: “Perseverancia, paciencia y mucho trabajo”.