Pantallas que esconden monstruos
El Teniente Daniel Moreno, del Equipo Mujer-Menor (EMUME) de la Guardia Civil, ha colaborado con iniciativas de la Fundación Mutua Madrileña para concienciar sobre la violencia sexual en el ámbito digital contra menores.
Aquí van tres consejos para cualquier adolescente con un móvil entre sus manos. Fáciles de recordar y hoja de ruta para adentrarse en el enredado mundo digital. Lo primero: la identidad virtual no es la misma que la real; lo segundo: en el momento en el que compartes un video o imagen tuya pierdes el control sobre ella; lo tercero: en cuanto te veas envuelto en una situación extraña, ¡pide ayuda! (y denuncia).
Los resume el Teniente Daniel Moreno, especialista del Equipo Mujer-Menor (EMUME) Central de la Guardia Civil y acostumbrado, en los últimos años, a atender cada vez más con víctimas delitos de índole sexual perpetrados a través de medios digitales, pues “han entrado con fuerza”, -advierte-, entre todos los delitos que se atienden en el EMUME y que tienen que ver, entre otros con violencia contra la mujer, explotación sexual o abuso sexual infantil.
Delitos sensibles en los que la víctima requiere de un apoyo psicológico extra en el momento de la denuncia. Con el objetivo de poner a la víctima en el centro, surge en 1994 el EMUME, como una unidad especializada para atender a mujeres y menores, sobre todo, víctimas de delitos de cualquier índole. “Los cuerpos policiales nos centrábamos en perseguir el delito y los delincuentes, pero en el EMUME ponemos a la víctima en el centro, anteponemos sus necesidades para mejorar su asistencia porque son delitos con una alta carga emocional”, explica el Teniente Moreno.
Es importante que lso menores tengan la confianza para poder acercarse a sus padres y contarles lo que le está pasando. Que no se avergüencen. Transmitirles siempre que van a tener apoyo, porque si se encuentran con reproches o malas caras, no vuelven a hablar
El EMUME está formado por 784 especialistas y constan de 270 unidades especializadas. Desde el EMUME Central dan apoyo, supervisión y asesoramientos a las unidades provinciales: “Conocemos mejor las necesidades de la víctima y podemos darle mejor asistencia y servicio, pues son situaciones incómodas que necesitan de un apoyo psicológico extra”, explica.
El Teniente Daniel Moreno es psicólogo de formación y, una vez terminada su carrera, vio en la Benemérita el lugar en el que poder ayudar a las personas. “Ingresé tardíamente en el Cuerpo y luego tuve que optar a oposiciones internas hasta llegar al EMUME donde puedo realizar mi vocación de ayudar a los demás”.
Prevención conjunta
Dentro de ese ejercicio en el EMUME, el Teniente Moreno se topó con la Fundación Mutua Madrileña. Primero de manera más tangencial, en iniciativas relacionadas con la violencia contra la mujer, como Tolerancia Cero, que la Fundación Mutua lleva a cabo con Antena 3 Noticias, y posteriormente surgió la oportunidad de trabajar mano a mano para poner cifras a un tipo de delitos cuyas denuncias eran crecientes, pero que no se habían cuantificado: la violencia sexual contra menores de edad cometida en el ámbito digital.
En junio de 2024 vio la luz el estudio “Violencia sexual contra la infancia y la adolescencia en el ámbito digital”, llevado a cabo por la Fundación Mutua Madrileña, con la colaboración del Equipo Mujer-Menor (EMUME) Central de la Guardia Civil, entre los meses de febrero y mayo de 2024 con la participación de 3.000 personas, padres e hijos.
Un estudio que destapó la “cifra negra” de que la prevalencia de este tipo de situaciones era mucho mayor de lo que se pensaba y cifraba en tres de cada cuatro niños, niñas y adolescentes (75,4%) los que se habían visto envueltos en una situación de violencia sexual a través de dispositivos electrónicos.
La casuística más habitual
“Al EMUME nos llega, sobre todo, delitos contra la libertad sexual. Destacaría lo relacionado con esa grabación de imágenes, videos, etc., bien consentida o no, pero que posteriormente se difunde sin el consentimiento de la persona implicada”, explica.
Otra casuística habitual es la usurpación de identidad. Es decir, “hacerte pasar por otra persona para ofrecer algún tipo de servicio sexual. Por ejemplo, una pareja que crea un perfil falso en la red con los datos de la víctima y ofrece actividades que la víctima en ningún caso querría. La finalidad es vengarse de la víctima, pero la persona que lo hace no suele ser consciente de todo el daño moral que provoca”.
Una tercera casuística habitual es el ‘grooming’. Esto es, un adulto que a través de redes sociales se acerca a un menor para obtener imágenes, videos y empezar a chantajearle. “Se trata de ganar su confianza haciéndose pasar por otro menor”, apunta el Teniente Moreno.
Es cierto que el estudio de la Fundación Mutua Madrileña y la Guardia Civil determinó que las situaciones que se engloban dentro de la violencia sexual digital son variopintas y no todas revisten el mismo impacto para la víctima. El sexting, por ejemplo, como tal es el intercambio de imágenes y video de contenido sexual que puede ser de manera voluntaria y no tiene por qué ser delito, “pero si la foto sexual se envía sin que la otra parte la haya pedido o la quiera, ya estamos ante una situación de violencia sexual. Igual que si grabas sin la autorización de la persona que aparece en el video o si se reenvía a terceros sin el consentimiento de la persona que sale en el video, vuelve a ser delito. Pero todo es ‘sexting’”, explica.
“Y cuando se pide algo a cambio de no difundir esas imágenes, estaríamos ante un caso de sextorsión”, añade.
Los casos que llegan al EMUME no dejan de sorprender. “Nos encontramos con situaciones inverosímiles y no nos dejan de sorprender. Por ejemplo, ahora, con la inteligencia artificial…es evidente que quien lo creó no pensó que se fuera a utilizar para lo que estamos viendo. Es un ejemplo de que las nuevas tecnologías que se han creado en beneficio de la sociedad, siempre hay gente que les da una utilidad no tan beneficiosa”.
Puntos de inflexión
La comercialización de los móviles con cámara, hace unos 15 años, y la pandemia, hace ya un lustro, son dos momentos clave en el auge de este tipo de delitos sexuales que, ahora, con la cada vez más temprana edad de acceso a los dispositivos electrónicos y las redes de los niños, tiene víctimas cada vez más jóvenes.
La denuncia de este tipo de delitos sigue siendo un tema pendiente. El propio estudio “Violencia sexual contra la infancia y la adolescencia en el ámbito digital” determinó que había una serie de problemas (la vergüenza, la falta de confianza o el temor a una reprimenda) que llevan a los menores a no contarlo y, por ende, a no denunciar. “Los menores se encuentran una serie de problemas que les impiden pedir ayuda como confesar una conducta que iniciaron de manera voluntaria e inocentemente, como enviar una foto, junto al miedo al rechazo, a que no les crean o a que le juzguen. Sienten que han hecho algo mal y callan”, comenta.
Para sensibilizar a la población de la existencia y cada vez mayor frecuencia de este tipo de delitos, la Fundación Mutua Madrileña y la Guardia Civil volvieron a unir fuerzas en “NO CONTINUARÁ”, una iniciativa de sensibilización social a través de tres películas de un minuto de duración sobre las graves consecuencias de la violencia sexual que afecta a los jóvenes en el ámbito digital.
Contarlo y denunciar
El objetivo es también que las víctimas lo cuenten y no sufran en silencio. Desde la Guardia Civil se redactaron unas recomendaciones para lograrlo, tanto para los menores de edad, como para sus progenitores. “Es importante que el niño o niña tenga la confianza para poder acercarse a su padre o madre y contarle lo que le está pasando. Que vean que no pasa nada por hacerlo, que no se avergüencen. Transmitirles siempre que van a tener apoyo porque si cuando comparten algo se encuentran con reproches o malas caras, no vuelven a hablar”, explica el Teniente Moreno.
Otro tema importante sobre el que concienciar es sobre la constitución de delito de muchas de estas situaciones, pues muchas veces los menores no son conscientes de la gravedad de lo que están haciendo.
“La prevención tiene que hacerse de una manera global y no solo a los menores. Los padres tienen que dar a sus hijos herramientas no solo para dar un uso adecuado, sino seguro de los dispositivos electrónicos”, añade el Teniente Moreno.
El Teniente Moreno encuentra su motivación en ayudar y ver que les resultamos útiles a las víctimas. “Confían en nosotros, se sienten arropadas, protegidas y eso nos permite hacer”.