Dos universitarios, una misión: llevar esperanza a Kenia - Vidas Cruzadas

Dos universitarios, una misión: llevar esperanza a Kenia

Beltrán y Tristán han ganado los Premios al Voluntariado Universitario por su proyecto para personas con discapacidad en Kenia.

Dos universitarios, una misión: llevar esperanza a Kenia

Beltrán y Tristán han ganado los Premios al Voluntariado Universitario por su proyecto para personas con discapacidad en Kenia.

Empatía, determinación y acción. Esas son las claves que han llevado a Beltrán Tornos (Madrid, julio de 2001) y Tristán Sartorius (Madrid, octubre de 2001) a impulsar un proyecto que está transformando vidas en Kenia. Lo que comenzó como un viaje de voluntariado se ha convertido en la construcción de un centro para madres con hijos con discapacidad, donde encontrarán un hogar, oportunidades y, sobre todo, un futuro mejor.

Su iniciativa, desarrollada a través de la ONG 4FATE, ha sido reconocida en los Premios al Voluntariado Universitario de la Fundación Mutua Madrileña, que les ha otorgado 15.000 euros para seguir avanzando.

Beltrán trabaja como asociado en un despacho y pronto se colegiará como abogado mientras que Tristán está rematando sus estudios de máster habilitante en arquitectura. Pero esta historia no va de sus estudios, sino de cómo están levantando, con compromiso y pico y pala, un centro residencial en Kenia que albergará a menores con discapacidad, así como a sus familias, quienes se enfrentan a la marginación y a una espiral de pobreza por el mero hecho de haber nacido diferentes.

Mamá Gladis nos mostró una realidad aún más dura: la de las madres solas que crían a niños con discapacidad en condiciones extremas, después de haber sido abandonadas por sus familias. Nos presentó a varias madres y sus hijos, muchos con parálisis cerebral. Nos impactó tanto que supimos que no podíamos quedarnos de brazos cruzados

Todo arranca en verano de 2023 cuando Tristán y Beltrán, que son amigos desde pequeños, de la pandilla de fin de semana en La Granja de San Ildefonso (Segovia), se van de voluntariado a Kenia: “Nos fuimos cuatro amigos a Ukunda, un pueblo de 60.000 habitantes, a un programa de Educación, pero en los primeros días vimos que no tenía sentido hablar a los niños de seguridad vial cuando estaban pasando calamidades. Así que decidimos desvincularnos de la organización y crear un crowdfunding entre amigos nuestros y de nuestras familias para arreglar el campo de fútbol del colegio. Fue increíble porque en tres semanas conseguimos reunir 60.000 euros”, cuenta Beltrán.

Tenían el dinero, pero también billete de vuelta a casa y la suerte les sonrió casi en el último momento: “Sí, gracias a Mamá Gladis, una mujer keniata que lleva 30 años ayudando a su pueblo y muy bien relacionada con el gobierno. Fue ella quien nos mostró una realidad aún más dura: la de las madres solas que crían a niños con discapacidad en condiciones extremas, después de haber sido abandonadas por sus familias. Nos presentó a varias madres y sus hijos, muchos con parálisis cerebral. Nos impactó tanto que supimos que no podíamos quedarnos de brazos cruzados”, explica Tristán.

Una ONG de estudiantes para estudiantes

De vuelta en Madrid tenían y querían darle forma a este proyecto incipiente pero que les había tocado el corazón: “Decidimos crear una ONG sin saber si quiera los pasos que había que dar. Queríamos, eso sí, que fuera una ONG de estudiantes para estudiantes. Y así nació “4FATE” porque éramos cuatro y Fate que significa destino, porque queríamos intentar cambiar para mejor el destino de esas personas que habíamos conocido en Kenia”, asegura Beltrán.

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A día de hoy, y tras pasar de 4 a 40 voluntarios el verano pasado, ya superan los cien: “Y para este verano de 2025 ya se han apuntado 65 voluntarios. Nos van conociendo poco a poco, por las redes sociales y el boca a boca. Creemos que lo estamos haciendo de forma muy transparente y honesta; de hecho, a cada persona que hace un donativo le contamos exactamente para qué lo vamos a emplear y eso siempre da confianza y se valora”, dice Tristán.

Con su hada madrina en Kenia, operarios trabajando ya en la construcción del centro de acogida, en el que Tristán, como arquitecto ha tenido mucho que aportar, y con un campamento médico en marcha, Beltrán y Tristán están más que satisfechos: “Ahora en Semana Santa vamos para allá, a ver las obras y comprobar cómo va todo. Queremos que sea un espacio en forma de U, con un patio central y en el que habrá una sala de fisioterapia, un huerto, talleres de trabajo para que las madres puedan generar sus propios ingresos y zonas de convivencia”.

Tenemos claro que lo más importante ahora, además del centro para catorce familias con niños con discapacidad, es levantar un campamento médico, con ayuda de un hospital local, para poder realizar triajes, vacunación, test de enfermedades contagiosas… Por eso, buena parte de nuestro voluntariado serán universitarios de Medicina y Enfermería, para llevar a cabo el programa médico de forma óptima; además de otros que irán para ayuda a la construcción y a la educación que también es necesario. Nos acaban de quitar el terreno de al lado de nuestro centro, pero vamos a buscar otro para crear en cuanto podamos un orfanato porque en 2024 logramos recaudar 100.000 euros”, aseguran los dos jóvenes.

Ganadores de los Premios

Hablando de recaudación, ahora cuentan también con la dotación de 15.000 euros que les ha concedido la Fundación Mutua Madrileña por ser los ganadores de los XII Premios al Voluntariado Universitario con su proyecto “Centro de discapacidad 4FATE y campamento médico 2025” y con el que destacaron de entre los 79 proyectos de voluntariado presentados y en los que han participado más de 1.800 alumnos de 69 universidades españolas.

Fue una tía mía que trabaja en una Fundación -comenta Tristán- y que está muy pendiente de nuestros avances la que nos avisó de esta convocatoria y nos presentamos. Es la primera vez que lo hacemos porque, por regla general, siempre piden datos, experiencias anteriores y este premio de la Fundación Mutua, que es para estudiantes, se adaptaba a nosotros que, en realidad, estamos empezando. Nos ha hecho mucha ilusión que una Fundación tan importante como la de la Mutua Madrileña nos haya reconocido con este premio y nos motiva, a su vez, a seguir trabajando en esta dirección y a dedicarle más tiempo”.

Beltrán quiere puntualizar -como hacen con todos los donantes- en qué se va a invertir el dinero de este premio: “Ya lo hemos hablado y vamos a destinar una parte a la construcción de la sala de estar del centro residencial y a tres dormitorios familiares. Y otra parte será para material médico y medicamentos para el campamento”.

Tristán y Beltrán confiesan que son otros desde ese verano del 23 y que algo cambió para siempre en ellos: “Yo solo pensaba en mis objetivos profesionales, en lo que podía llegar a ganar y no le dedicaba tiempo a darle un sentido más personal a mi vida. Ahora siento que he crecido como persona y quiero impactar con mi ejemplo a los de África y a los de aquí, a los voluntarios que se han ido sumando a nuestra ONG”, asegura Beltrán. Tristán corrobora las palabras de su amigo y compañero y añade que: “Si a mí me dicen hace 5 años que voy a montar una ONG me habría reído. Ahora sé que, si te esfuerzas y haces las cosas bien, sale todo bien. Nos enfocamos en quienes vamos a ser y descubrimos que la vida es mucho más que eso y que podemos dejar una huella buena a nuestro paso”.

Hoy, día en el que hacemos la entrevista, es el cumpleaños de Mamá Gladis. Y antes de terminar de charlar, ambos quieren hacer algo importante: “Tenemos que llamarla para felicitarla. Sin ella, nada de esto habría sido posible”.