
Envejecer con síndrome de Down
Mª José se beneficia de un programa de envejecimiento que ha recibido una ayuda de la Fundación Mutua.
María José es vecina del madrileño barrio de Fuencarral de toda la vida, así que cuando Down Madrid abrió allí el centro de Tres Olivos su vida se simplificó: podía ir andando al Centro Ocupacional donde pasa sus jornadas con otros compañeros y haciendo actividades físicas, cognitivas y de ocio. Ahora, a sus 53 años, María José es una de las beneficiarias de “Envejecer es todavía el único medio que se ha encontrado para vivir mucho tiempo”, un programa de nueva creación que ha recibido una Ayuda a Proyectos Sociales de la Fundación Mutua Madrileña en su última convocatoria.
La esperanza de vida de las personas con síndrome de Down en España ha aumentado en las últimas décadas; sin embargo, el deterioro cognitivo que provoca su proceso de envejecimiento es superior al de la media de la población. Por eso, para afrontar esa necesidad no cubierta de acompañar en el envejecimiento a las personas con síndrome de Down, la Fundación Down Madrid ideó este programa de envejecimiento activo.
María José es “la princesa” para sus compañeros. Se revela con sus respuestas como una mujer de armas tomar, pero con una gran sensibilidad en su interior cuando se profundiza.
Gracias a la Ayuda de la Fundación Mutua Madrileña, del programa se benefician 78 personas mayores de 35 años, beneficiarios del Centro Ocupacional y del Servicio de Empleo de la Fundación Síndrome de Down Madrid. El programa realiza evaluaciones cognitivas que permitan detectar de forma precoz cualquier signo de deterioro o demencia, desarrolla programas de entrenamiento cognitivo, terapias psicológicas, sensibilización sobre hábitos saludables y ejercicio físico.
Los viernes por la mañana llega uno de los momentos favoritos del grupo. María José y otros compañeros -todos varones-, salen con Jorge, el terapeuta a “tomar algo” a una cafetería cercana. Allí, hablan de todo un poco, y Jorge les plantea en ese entorno distendido preguntas sencillas como: ¿Qué día es hoy? o ¿de dónde era tu familia? Pero cuya respuesta ayuda a activar las neuronas responsables de cada proceso cognitivo.

“Cuando realmente me lo paso pipa es cuando estoy contigo”, le confiesa María José a Jorge.
María José es “la princesa” para sus compañeros. Se revela con sus respuestas como una mujer de armas tomar, pero con una gran sensibilidad en su interior cuando se profundiza. Reconoce que lo que más le gusta es practicar con el “NeuronUP” -un programa informático para mantener las neuronas activas que se utiliza a través de una Tablet-. También le gusta el taller de artesanía y, aunque se resiste al ejercicio físico, ha descubierto una vía de escape en el yoga, que le encanta y ahora practica dos veces por semana y que le ha venido “super bien” para recuperarse de la espalda. “Me está valiendo de mucho”, cuenta.
Hubo un tiempo que a María José le costaba quedarse todo el día en el centro. También estaba más desmotivada -apunta Jorge, el terapeuta- pero poco a poco está mucho mejor de estado de ánimo, lo que alegra a sus monitores y compañeros. “Ahora algunos días me traigo la comida, como aquí y me quedo por las tardes”, algo que, según sus monitores, “le ha venido genial”. Aunque María José precisa: “Yo creo que estoy a gusto aquí, pero también tengo ganas de descansar…y aquí no se puede”.
María José nos habla de sus sentimientos, de la mala racha que ha vivido y que hace que a veces le cueste levantarse “aunque estoy muy contenta ahora” y nos habla de su pasado. Confiesa que conoció al hombre de su vida en un centro ocupacional anterior en el que estuvo y que se sintió traicionada cuando se enteró “de que tenía a otra”. Dice resignada que, pese al desengaño amoroso sufrido, “no pasa” de los hombres y añade un “pero bueno. Si me caso será porque Dios me lo ha dado” porque insiste en que “me molestó mucho que tuviera otra”.
Gracias a este programa, a sus 53 años María José sigue teniendo una vida activa, pone a raya a sus neuronas con el programa de la Tablet, socializa, hace ejercicio y tiene una vida ocupada. La detección de la necesidad por parte de Down Madrid y la apuesta de la Fundación Mutua Madrileña hacen posible que hoy este grupo pueda envejecer con gracia.