En busca de terapias para los niños con TEAF
El doctor Óscar García-Algar busca un tratamiento para los trastornos que sufren los niños y niñas cuyas madres bebieron en el embarazo con el apoyo de Fundación Mutua.
El doctor Óscar García-Algar es un pediatra de los de antes, “un médico renacentista”, bromea, refiriéndose a la concepción de “saber un poco de todo y mucho de nada” y concebir al médico de hospital como aquel que hace no solo la labor asistencial, sino también la investigadora, la docente, divulgadora, innovadora… Esta multifaceta define al doctor que actualmente trabaja en el Hospital Clínic de Barcelona y que acaba de recibir una de las Ayudas a la Investigación en Salud de la Fundación Mutua Madrileña en su vigésima convocatoria, y dentro de la nueva categoría de salud mental infanto-juvenil, para probar distintas terapias en niños con TEAF (Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal).
En investigación siempre le interesaron el impacto de los factores ambientales en la salud infantil y, en esta línea, llegó al estudio de las sustancias que se consumían en el embarazo y podían afectar al embrión y al feto, y, posteriormente, al niño y al adulto. “Nos llamó la atención el alcohol y asociamos que teníamos en nuestro entorno un número creciente de niños y niñas, que habían sido adoptados en países de Europa del Este, durante cuyo embarazo el consumo de alcohol era muy prevalente, pues viven en entornos donde el cien por cien de la población consume alcohol. Estos niños y niñas tenían muchos trastornos de conducta y comportamiento que siempre se habían atribuido al abandono y a problemas de vínculo”.
Fue así como, poco a poco, su grupo de investigación fue trabajando en el síndrome alcohólico fetal y sus trastornos asociados, una malformación neurológica causada por el consumo de alcohol durante el embarazo, y que provoca en estos niños trastornos cognitivos y de conducta. “El más reciente estudio de prevalencia que hicimos demostró que la mitad de los niños y niñas adoptados de Europa del Este estaban afectados y no fue más elevado, hasta un 70%, porque hubo un 20% de los casos en los que no había confirmación del consumo”.
Son niños y niñas con algún tipo de trastorno cognitivo o de conducta que, solo indagando en su historia prenatal, puede asociarse al alcohol. En la actualidad el grupo del doctor García-Algar ha recogido una cohorte de unos 450 pacientes identificados, no solo procedentes de adopciones en Europa del Este, pues el alcoholismo puede darse en cualquier entorno geográfico.
A mediados de la década de los 2000, “empezamos a estudiarlo experimentalmente, en modelos de ratas y pez cebra, y también con células en el laboratorio y con niños y niñas expuestos. Y, aparte de hacer estudios de prevalencia, intentamos buscar candidatos terapéuticos y tener una cohorte de niños diagnosticados para hacer un primer estudio con la utilización de un antioxidante, que era la epigalocatequina, que no estaba disponible en forma pura, sino formando parte de un complejo multivitamínico”.
Este fue el objeto del primer estudio financiado en 2015 por la Fundación Mutua Madrileña. El equipo probó los beneficios de ese complejo multivitamínico en una cohorte de niños y niñas con muy buenos resultados, ahora pendientes de publicarse.
La alternativa de los probióticos
Y ahora, con una ayuda otorgada en la última edición de las Ayudas a la investigación médica de la Fundación, han diseñado un segundo estudio donde, además del antioxidante epigalocatequina -en extracto puro, no formando parte de un multivitamínico- probarán alternativas terapéuticas más recientes, como son los probióticos, para ver si también tiene efectos beneficiosos en estos niños. “Ahora el eje intestino-cerebro está muy de moda y parece que los probióticos podrían tener un efecto en la cognición y el comportamiento”, explica. El tercer grupo recibirá placebo y “todos -unos 150 niños y niñas en total, 50 por grupo- recibirán una pauta terapéutica basada en un programa de estimulación neurocognitiva específica para el TEAF”.
“Una de las ideas de este estudio es comprobar que una parte de la expresividad clínica de estos trastornos, que tiene que ver con una lesión neuronal, se puede corregir con el antioxidante”, añade. Un paso más hasta poder llegar a la aprobación de alguna sustancia para revertir el daño en estos niños y niñas que, en la actualidad, se tratan de forma sintomática, según la clínica que presentan.
El movimiento asociativo en estos trastornos es fundamental para impulsar la investigación y la búsqueda de soluciones. El doctor preside la EUFASD Alliance (European Fetal Alcohol Spectrum Disorders Alliance), una alianza europea sobre TEAF que se reunirá en 2024 en Madrid y que organizará Visual TEAF, la principl de las sociedades de familias afectadas.